viernes, 29 de junio de 2012

La Esencia del Perro Caliente

¿Existimos? ¿Qué significa existir? ¿A qué me refiero con "nosotros"? ¿Qué es la realidad? ¿"Mi" realidad es la misma que la "tuya"? ¿Hasta cuando una salchicha con pan deja de ser una salchicha con pan y se convierte en un perro caliente? Estas son algunas de las simples preguntas a las que la fenomenología intenta dar respuesta; y ya que unos de los trabajos más importantes sobre esta corriente filosófica fueron realizados por Edumnd Husser, en esta entrada esbozaré, con pinceladas de palabras, los aspectos que considero más importantes de su obra. 

          Primero lo primero ¿Quién fue Husserl? Él fue un filosofo alemán nacido en la segunda mitad del siglo XIX que vivió hasta los últimos años de la década 1930. Se le considera el fundador de la fenomenología trascendental y uno de los iniciadores del movimiento fenomenológico. Dicho movimiento filosófico ha jugado un papel importante en la fundamentación de las "ciencias del espíritu" o "ciencias sociales" y se preocupó, primordiálmente, por entender la manera en que el individuo estructura la realidad.

            Su fenomenología gira al rededor del concepto de “subjetivismo trascendental”. Éste concepto señala que es el individuo quien estructura su realidad, brindándole al mundo -caótico y complejo- el sentido necesario para que pueda ser entendido. No obstante, al hacer ésto la realidad se “atomiza” o se reduce totalmente a aquello que el sujeto entiende de ella.

Para librar el problema de esta primera “atomización” que aleja al individuo del resto del universo, y por lo tanto de sus semejantes, se lleva a acabo un proceso de “apercepción”. En este proceso todas las experiencias del sujeto son sintetizadas dentro de un “todo coherente”. Aquí “lo esperado” o lo “actual” es contrastado con “lo dado” o “recordado” y dotado de coherencia mediante la memoria. Gracias al "pegamento" de la memoria el individuo puede 1) unificar los objetos de su experiencia presente y pasada dentro de una totalidad, 2) correlacionar las experiencias actuales con conceptos generales sacados de experiencias pasadas y, a la vez, 3) crear nuevos conceptos que dotan a esa experiencia de una particularidad propia.

La apercepción permite también al sujeto inferir cosas acerca de los fenómenos que experimenta que no se le presentan directamente a sus sentidos. Esto mediante la idealización de un “horizonte interior” y un “horizonte exterior”. El “horizonte interior” es aquel que permite al individuo hacer suposiciones sobre los componentes internos del fenómeno que experimenta (por ejemplo, la cara de un balón de fútbol me indica, si he tenido contacto con balones anteriormente, que está relleno de aire y que la totalidad de su cuerpo es esférico). Por otro lado, El “horizonte exterior” permite al individuo realizar suposiciones acerca del contexto que engloba al fenómeno, hasta eventualmente ubicarlo cómo uno más de los fenómenos del universo (el balón está en un campo de fútbol, el campo en una ciudad, ésta en un país, el país en el planeta tierra y aquel planeta en el universo).

           Además, Husserl nos advierte que todos estos procesos son realizados en todo instante por nuestros “subconscientes” sin que sepamos que ello ocurre. Y nos indica que si aspiramos a entender el mundo como “realmente es”,  libre de prejuicios, es necesario que primero entendamos cuales son nuestros prejuicios que alteran nuestra manera de entenderlo. Para lograr ésto es necesario “volver a las cosas mismas” antes del momento en que nuestras experiencias, recuerdos y expectativas las clasifiquen y conceptualicen. Antes incluso que formen parte de nuestro lenguaje. Y esto solo se logra a partir de la “Reducción fenomenológica”.

             Por medio de la reducción fenomenológica somos capaces de “poner entre paréntesis” todos nuestros prejuicios, nuestra cultura. Ahora bien, aquí existe un problema ¿Cómo es posible que nosotros, seres culturales por naturaleza, podamos hacer a un lado nuestra cultura? A este problema le brinda solución Kurt Wolff cuando nos explica que lo único que se nos pide es que “suspendamos” nuestra cultura por un rato en un momento de reflexión, solo por un breve instante, para, posteriormente, recuperarla y continuar nuestro día a día en el “mundo de la vida”.

               Y es el mundo de la vida (o lebenswelt) la que considero la última gran aportación de Husserl a la fenomenología. Pues a través de este concepto Husserl trató de crear un vínculo entre las ciencias del espíritu, que estudian a las sociedades y al individuo en sociedad,  y la fenomenología, que concentraba, hasta antes de él, sus estudios en el sujeto. Para Husserl el Mundo de la vida es aquel en el que el individuo se desenvuelve durante su vida cotidiana. Es dentro de este mundo que el individuo convive con los otros seres humanos. Es este el mundo fruto de sus expectativas y creencias. El individuo lo da por sentado y no duda de su existencia. Este es el mundo de la intersubjetividad o el "universo de mónadas". Es aquí en donde el sujeto se ve obligado a salir de sí mismo y aprender a compartir la realidad que él ha estructurado con los demás seres con quienes comparte el mundo objeto de esa estructuración. Sin embargo, cabe resaltar, Husserl no logra pulir por completo esta idea suya, y sería necesario que otros fenomenólogos, como Alfred Shutz, completaran esta tarea.

             Una cosa más, "¿Hasta cuando una salchicha con pan deja de ser una salchicha con pan y se convierte en un perro caliente?" esa es una de la preguntas más profundas que existen y se a dicho que si supiéramos la respuesta entenderíamos mucho mejor la manera en que funciona el universo. Hallarla nos revelaría cual es la esencia de un "hot dog" (la fenomenología busca la esencia de las cosas y por eso es considerada por algunos una "ciencia eidética") ¿Puedes encontrar la esencia del perro caliente?


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Lecturas recomendadas.
-Alexander, Jeffrey C., Las teorías sociológicas desde la Segunda Guerra Mundial. Análisis
multidimensional, Barcelona, Gedisa, 1990, pp. 194-207.
-Husserl, Edmund, Investigaciones lógicas 1, Madrid, Alianza, 1999, pp. 213-230.
-Schütz, Alfred, El problema de la realidad social, Buenos Aires, Amorrortu, 1974, pp.
111-174.
-Wolff, Kurt H., “Fenomenología y sociología” en Tom Bottomore y R. Nisbet
(compiladores), Historia del análisis sociológico, Buenos Aires, Amorrortu, 1988, pp. 570-
634.