domingo, 9 de octubre de 2011

¿Por qué Pokémon es del diablo?

Pokémon es del diablo”. Innumerables veces  escuché esa leyenda durante mi infancia. “Pikachu tiene ojos rojos” decían (un simple vistazo a una foto de aquel pokémon y uno se convence de que sus ojos no son tintos, lo que demuestra que los defensores de esta ridícula teoría no se molestaban en enfrentar críticamente la información que obtenían). Aquellos que defendían esta teoría eran simples repetidoras que decían una y otra vez lo que “la autoridad” les había ordenado que pensasen. Incluso recuerdo que un amigo que había logrado completar la difícil tarea de coleccionar los 250 tazos de Pokémon que salían en las Sabritas, llegó un día triste y  afligido a la escuela buscando un hombro donde poder llorar sus penas, pues su madre, en un acto de Fe, tiro todos sus tazos a la basura… que desperdicio.
(Obsérvece que los ojos de Pikachu no son rojos)

      Siendo sinceros, decir que algo es del diablo es una actividad común que practican y han practicado durante varias generaciones algunas personas religiosas y muchas iglesias. Basta con pasearnos por la historia un rato y encontraremos que, aparentemente, casi todo lo que ha existido es obra del diablo: los comunistas, los paganos, Darwin y la evolución, los moros, los dioses y tradiciones de los indígenas americanos, los libros de Nietzsche, Sartre, Voltaire, las manzanas y las serpientes parlantes, nuestra condena a vivir en este mundo decadente, el postmodernismo, el modernismo, lo clásico, lo extranjero, los videojuegos, el metal (|m|). Bueno, creo que ya entendieron mi punto.

      ¿Por qué estoy escribiendo todo esto? Porque acabo de terminar de pasar el más reciente juego de Pokémon para Nintendo DS (las versiones Blak&White) y me quedé con un buen sabor de boca. Pero antes de abordar este tema, quisiera regresar un poco en el tiempo y explicar el origen de la poke-faramalla.

      Satoshi Tajiri era un niño que vivía en una comunidad rural cerca de Tokio (que hoy en día tiene de rural lo que lo que el PRI tiene de nuevo [nada]). Cómo cualquier niño del campo, tenía que encontrar su divertimento en aquello que la naturaleza le ofrecía por montones ¿Y qué otra cosa nos ofrece la naturaleza en mayores números que los insectos? Así es, Tajiri y sus amigos pasaban las tardes recolectando insectos y armando sus colecciones para intercambiarlos unos con otros al final del día, cuando los primeros rayos de sol se escondían en el poniente de la isla niponesa. Eventualmente el niño creció, se olvidó de recolectar insectos y encontró un gusto particular por los videojuegos, al grado que decidió dedicarse a ellos.

      Corría la primera mitad de los 90’s y Nintendo estaba buscando un juego insignia que le permitiera explotar al máximo las capacidades de interconexión alámbrica de su reciente consola portátil Gameboy. Justamente en este proceso fue cuando el gran Shigeru Miyamoto (el creador del legendario Mario y de La leyenda de Zelda) conoció al joven Tajiri, quién proponía hacer un juego que básicamente consistía en atrapar insectos, cuidarlos e intercambiarlos con los amigos para coleccionarlos a todos.

      Miyamoto vio el potencial en esta idea y tras hacerle unos pequeños retoques (cambiar los insectos por criaturas con poderes sobrenaturales, hacer que estas crezcan de niveles, agregarles “evoluciones” –que nada tienen que ver con la evolución biológica- e implementar la vieja fórmula usada en Zelda en la cual un chico común termina por ser el héroe que salva al mundo; agregar batallas, un gran número de objetos coleccionables, un mundo lleno de misterios y leyendas que crean una atmósfera capaz de atrapan la imaginación del jugador, una sensación de libertad, una complicada matemática que solo los jugadores experimentados y maduros comprenden… en fin, después de agregar todas aquellas cosas que solo a los verdaderos genios creativos como Miyamoto se les ocurren ) el juego fue lanzado al mercado.

      En este punto supongo que usted ya se habrá dado cuenta de que Pokémon, antes de ser una serie de anime, catorce películas y una marca con un valor de varios millones de dólares (se dice que es aún más valiosa que el propio Mario), es un videojuego. Pokémon fue pensado para ser un videojuego de consolas portátiles y es precisamente en este terreno en donde aún sobresale sobre sus competidores.

El Mensaje Moral
La nueva entrega del juego se puede encontrar en dos versiones distintas Black&White (Blanco y Negro) y no es de extrañar que tenga este nombre. El juego nos comunica un mensaje de tolerancia y respeto muy necesario en un mundo dividido por los choques culturales, los nacionalismos y los etnocentrismos.  La trama nos presenta un “villano”, de nombre N, que desea separar a la gente de los pokémon pues considera que los humanos solo los utilizamos como simples herramientas para realizar los trabajos pesados y para entretenernos. Tú, un joven entrenador que entabla una relación de amistad y cariño con tus pokémon, quieres detenerlo y demostrarle que las personas y los pokémon pueden establecer relaciones duraderas y estrechas entre ellos.
(Las carátulas de las ambas versiones Black&White, me recuerdan un poco al Yin-Yang)

     Para no hacerles el cuento más largo, resulta que N es un chico bueno, al igual que la mayor parte de sus seguidores, pero sus buenas intenciones han sido aprovechadas por un hombre ambicioso de poder que quiere gobernar sobre tu región y se aprovecha de la ideología de N y de sus bondad e ingenuidad para manipular a la gente y así llevar a cabo su plan de conquista disfrazado como una “revolución para liberar a los pokémon”. ¿Les suena parecida esta trama?

    Quisiera compartir con ustedes algunas frases interesantes que recolecté mientras pasaba este juego y que consideró proponen buenos temas de reflexión:

-“Existen tantas verdades e ideas como personas [y pokémon]”

-“Algunos dicen que las disputas surgen porque existen diferentes ideas, otros dicen que el mundo crece porque existen diferentes ideas. Yo creo que ambos tienen razón.”

-“No es mediante el rechazo de las ideas diferentes, sino mediante la aceptación de las ideas diferentes, que se crea una reacción química que es la verdadera fórmula para cambiar al mundo.”

-“Aun cuando no seamos capaces de entendernos unos a otros, no es razón suficiente para rechazarnos unos a otros.”

-“Existen dos lados para cada argumento.”

-“¿Acaso existe un punto de vista que contenga todas las respuestas? Piénsalo un rato”

Desde mi punto de vista, no hay forma de que un juego que nació con la idea del intercambio y el trabajo en equipo y con un mensaje de integración tan profundo y respetuoso como este sea considerado malévolo, suena más bien educativo. Pero, desde un punto de vista completamente contrario, si concluimos que las cosas del diablo son aquellas que cuestionan las verdades absolutas que aseguran tener las religiones y sus iglesias, que fomentan la libertad de pensamiento, la relatividad cultural y ponen en duda los viejos dogmas establecidos, entonces Pokémon, efectivamente, es del diablo.

“Piénsalo un rato”