Para esta entrada traduje un discurso de Douglas Admas que quiero compartir con ustedes. Sin más introducciones, les dejo la lectura:
¿Acaso Hay un Dios Artificial?
Douglas Adams, Cambridge, Septiembre de 1998.
Esto fue originalmente
planeado como un debate solo porque estaba un poco nervioso de venir. No
pensé que fuera a tener tiempo suficiente para preparar algo y, además, en un
cuarto lleno de tantos eruditos, pensé "¿Qué podría yo, un amateur, decir?"
Así que se me ocurrió que armaría un debate. Pero después de haber estado aquí
un par de días ¡Me di cuenta de que ustedes solo son un montón de tipos! Se han discutido un montón de ideas, y yo también tengo muchas recolectadas de cuando
hablo y escucho a otras personas, así que pensé que lo que se me antojaba hacer era pararme
aquí y tener un debate conmigo mismo. Hablaré por un rato y espero exaltar los
ánimos de tal manera que al final haya un estallido de aplausos inundando todo el cuarto.
Antes de empezar con lo
que quiero decir, quiero advertirles que los temas pueden desviarse un poco de
vez en cuando, porque hay mucho que decir de lo que hemos escuchado hoy, así
que si ocasionalmente desvarío… le estaba contando a alguien hoy en la mañana
que tengo una niña de cuatro años, cuya cara yo estaba muy, muy interesado
viendo cuando ella se encontraba en sus primeras dos o tres semanas de vida cuando,
de repente, me di cuenta de algo de lo que nadie en alguna época anterior hubiera
podido percatarse ¡Ella se estaba reiniciando!
Solo quiero mencionarles
una cosa, que carece completamente de significado, pero de la que estoy
completamente orgulloso –!Nací en Cambridge en 1952 y mis iniciales son DNA
(siglas de ADN en inglés).
El tema que quiero
presentarles esta tarde, aquel del debate que estamos apunto de no tener, es
uno un tanto controversial -se sorprenderán de oírlo, pero veremos a donde nos
lleva- “¿Acaso hay un dios artificial?” Estoy seguro de que la mayoría de las
personas en este cuarto compartirán el mismo punto de vista, pero, aún siendo
un conocido ateo, uno no puede evitar darse cuenta de que el papel de algún dios
ha tenido un profundo impacto en la historia humana a través de cientos y
cientos de años. Es verdaderamente interesante tratar de entender de donde
viene todo esto y que, de hecho, significa en el mundo científico moderno en el
cual desaseamos estar viviendo.
Estaba pensando sobre
esto anteriormente hoy cuando Larry Yeager estaba hablado sobre “¿Qué es
la vida?” Y mencionó al final algo que yo no sabía, acerca de un campo
especializado en la lectura de escritura a mano. El siguiente pensamiento
extraño cruzó por mi cabeza: que tratar de averiguar qué es la vida y que no es
y en dónde esta su frontera se relaciona de manera muy interesante con el como
reconocemos le escritura manual. Todos sabemos, cuando se nos presenta una
entidad particular –como un poco de moho en la nevera, o lo que
sea- instintivamente si es un ejemplo de
vida o no. Pero resulta ser tremendamente difícil definirla. Recuerdo una vez
hace mucho tiempo que necesitaba una definición de vida para un discurso que
iba a presentar. Pensaba que debía de existir alguna simple y la busqué en el
internet, me sorprendí de lo diversas que eran las definiciones y cuan
detalladas estas debían de ser para poder incluir “esto”, pero no “aquello”. Si
lo piensas un poco, una colección de cosas que incluya una mosca de fruta y a Richard
Dawkins y a la Gran Barrera Coralina es una combinación incomoda de objetos
para poder agrupar y comparar. Cuando tratamos de definir cuales son las reglas
que estamos tratando de encontrar, tratar de encontrar una regla que sea
auto-evidente resulta ser muy, muy complicado.
Comparemos esto con la
labor de reconocer si algo es una A o una B o una C. Es un proceso similar,
pero es muy, muy diferente; porque puedes pensar en algo de lo que no estés muy
seguro si cuenta o no como vida. Hay cosas que por un momento piensas que si tiene vida, pero justo en el último momento piensas que no lo está. O tal vez puedes hablar sobre algo que sea un ejemplo de
vida digital, “¿Eso cuenta como estar vivo?” "¿Es algo, para usar la frase que
alguien uso anteriormente, que se apalastaría si te paras sobre él?" Piensen sobre
la controversial Hipótesis de Gaia; las personas se preguntan "¿El planeta está vivo?" "¿La biósfera está viva o no?” Al final todo depende de como definas esas
cosas.
Comparado con reconocer
la escritura a mano, al final tu tratas de dislucidar: “Es esto una A o una B”. Las
personas escriben As y Bs de muchas maneras diferentes; floridas, arrastradas,
o como sea. No vale la pena decir: “Bueno, parece una A, pero hay un poquito de
B ahí”, porque no puedes escribir la palabra “árbol” con una cosa así. Es una
A o una B. ¿Cómo lo juzgamos? Si lo que haces es estudiar la escritura a mano,
lo que quieres hacer es no recurrir a valores relativos de A o de B, sino
encontrar la intención de la persona que lo escribió. Es muy claro al final
-¿Es una A o una B?- ¡Ah! Es una A, porque la persona que lo escribió estaba
escribiendo la palabra “árbol” y eso es claramente lo que significa. Así que,
al final, en la ausencia de una creación intencional, no puedes decir que es
la vida, porque esto simplemente depende de que clase de palabras que incluyas en tu
definición final. Sin un dios, la vida es solo una cuestión de opinión.
Quiero mencionar algunas
otras cosas que se me ocurrieron en las pláticas durante el día de hoy. Me fascinó
la plática de Larry -de nuevo- sobre tautología, porque hay un argumento que
recuerdo me dejó anonadado una vez, y al cual no pude responder. Un tipo me
dijo “sí, pero toda la teoría de la evolución se basa en una tautología: aquel
que sobrevive, sobrevive. Aquello es tautológico, por lo que no significa nada”.
Pensé sobre el tema un rato y al final concluí que una tautología es aquello
que si bien no significa algo, no solamente no necesita información alguna para
originarse, sino que ninguna consecuencia puede provenir de ella. Así que
podríamos haber tropezado accidentalmente con la respuesta suprema; es la única
cosa, la única fuerza, y presumiblemente la más poderosa que tenemos, que no
requiere ninguna entrada [input], ni ningún otro soporte de ningún otro tipo; es auto-evidente y, por lo tanto, tautológica. Pero aun así sus consecuencias son realmente asombrosas. Es realmente difícil encontrar alguna cosa semejante a algo así, y por lo tanto puse dicha idea al principio de uno de mis
libros. La reduje a lo que pensé que era su escancia pura, y es muy similar a
la que ustedes presentaron anteriormente, es: “todo lo que ocurre, ocurre. Todo
aquello que al ocurrir causa que otra cosa ocurra, causa que otra cosa ocurra.
Y todo lo que, al ocurrir, ocurre de nuevo, ocurre de nuevo”. De hecho, uno no
necesita las últimas dos premisas porque se deducen directamente de la primera, que es
auto-evidente y no hay nada más que se necesite decir. Todo lo demás se desprende de
ella. Así, pienso que tenemos a nuestro alcance una verdad fundamental, contra
la que no se puede argüir, y fue encontrada por el tipo que dijo que todo esto
era una tautología. Sí, eso es, pero una tautología de características únicas
que no requiere ninguna información para originarse, pero de la cual se pueden
obtener información infinita. Así creo que esa es la primera causa de todo en
el universo. Una aseveración enorme, pero ciento que estoy hablando a una
audiencia simpática.
¿De donde viene la idea
de Dios? Bueno, creo que tenemos un punto de vista sesgado en un montón de
cosas, pero intentemos encontrar el origen de este punto de vista. Imaginen
un hombre ancestral. El hombre antiguo es, como todas las demás, una criatura
evolucionada y se encuentra sumergido en un mundo sobre el que está empezando a
tener un poco de interés; está empezando construir herramientas, es un
alterador de su ambiente con las herramientas que recientemente ha construido,
cuando las hace para poder alterar su ambiente. Para dar un ejemplo de como
funcionamos las personas comparadas con otros animales, consideremos la
especiación, la cual, como sabemos, tiende a ocurrir cuando un pequeño grupo de
animales es separado del resto de su especie debido a algún acontecimiento
biológico: presión poblacional, escasés de comida, o lo que sea, y se encuentra
en un ambiente en el que tal vez sucedan cosas distintas. Tomemos un ejemplo
muy simple; tal vez un montón de animales se encuentran de repente en un lugar
donde el agua es más fría que en el anterior. Sabemos que después de unas
cuantas generaciones aquellos genes que favorezcan un pelaje más espeso se
habrán aventajado y que cuando regresemos veremos que la descendencia de
aquellos animales tendrá ahora pelajes más gruesos. Nuestro hombre primitivo,
que es un constructor de herramientas, no tiene por qué hacer esto: él puede ocupar un extraordinariamente diverso número de hábitats en la tierra, desde
la tundra hasta el Decierto de Gobi –incluso logrará sobrevivir en Nueva York-
y la razón de que pueda hacer esto es que cuando llega a un nuevo habitad no
necesita esperar varias generaciones; si llega a un ambiente frío y ve un
animal que posé los genes que favorecen un pelaje más grueso, piensa “lo
obtendré de él”. Las herramientas nos han permitido pensar con intencionalidad,
crear cosas y hacer cosas para moldear un mundo que nos acomode mejor.
Ahora, imaginemos a este hombre primitivo observando sus alrededores al final de un feliz día en el que ha hecho muchas herramientas. Mira a su alrededor y ve un mundo que le acomoda enormemente: atrás de él están las montañas “las montañas son geniales porque puedes ir a ellas y esconderte en sus cuevas cuando te atrapa la lluvia y además los osos no pueden seguirte”; al frente de él se encuentra el bosque “tiene nueces y moras y demás comida deliciosa”, hay un arrollo cercano, el cual está lleno de agua “el agua es deliciosa, puedes flotar en ella con tus botes y hacer un montón de otras cosas con ella”; aquí llega el primo Ug y ha cazado un mamut “los mamuts son geniales, te los puedes comer, puedes usar sus abrigos, puedes usar sus huesos para crear armas que te permitan atrapar otros mamuts”. “Es decir este es un mundo genial ¡Es fantástico!” Pero nuestro hombre ancestral tiene un momento de reflexión y piensa “bueno, este mundo en el que me encuentro es muy interesante” y entonces se pregunta a si mismo una pregunta con truco, una pregunta que carece de significado alguno y errónea, pero solo viene a su cabeza por el tipo de persona que es. El tipo de persona en el que ha evolucionado y el tipo de persona en la que se ha convertido que piensa de esta manera particular. Nuestro hombre, el creador, mira a su alrededor y se pregunta “¿Quién hizo esto entonces?” – uno puede notar porque es una pregunta con truco-. El hombre primitivo piensa: Bueno, solo hay un tipo de ser que conozco que puede hacer cosas, quienquiera que haya hecho esto debe de ser así pero mucho más grande, y mucho más poderoso, y necesariamente invisible, y uno de nosotros, y como yo suelo ser el fuerte que hace el trabajo pesado, probablemente sea un macho”. Y así hemos llegado a la idea de un dios. Entonces, como cuando nosotros hacemos cosas lo hacemos con la intención de hacer algo con ellas, el hombre primitivo se pregunta, “si él lo hizo, ¿Para qué fue?” Y ahora el verdadero truco aparece, porque nuestro hombre primitivo está pensando, “este mundo me acomoda de maravilla. Aquí encuentro todas estas cosas que me sirven y alimentan y protegen. ¡Sí, este mundo me acomoda muy bien!” y llega a la conclusión inevitable de que cualquiera que lo haya hecho, lo hizo para él.
Ahora, imaginemos a este hombre primitivo observando sus alrededores al final de un feliz día en el que ha hecho muchas herramientas. Mira a su alrededor y ve un mundo que le acomoda enormemente: atrás de él están las montañas “las montañas son geniales porque puedes ir a ellas y esconderte en sus cuevas cuando te atrapa la lluvia y además los osos no pueden seguirte”; al frente de él se encuentra el bosque “tiene nueces y moras y demás comida deliciosa”, hay un arrollo cercano, el cual está lleno de agua “el agua es deliciosa, puedes flotar en ella con tus botes y hacer un montón de otras cosas con ella”; aquí llega el primo Ug y ha cazado un mamut “los mamuts son geniales, te los puedes comer, puedes usar sus abrigos, puedes usar sus huesos para crear armas que te permitan atrapar otros mamuts”. “Es decir este es un mundo genial ¡Es fantástico!” Pero nuestro hombre ancestral tiene un momento de reflexión y piensa “bueno, este mundo en el que me encuentro es muy interesante” y entonces se pregunta a si mismo una pregunta con truco, una pregunta que carece de significado alguno y errónea, pero solo viene a su cabeza por el tipo de persona que es. El tipo de persona en el que ha evolucionado y el tipo de persona en la que se ha convertido que piensa de esta manera particular. Nuestro hombre, el creador, mira a su alrededor y se pregunta “¿Quién hizo esto entonces?” – uno puede notar porque es una pregunta con truco-. El hombre primitivo piensa: Bueno, solo hay un tipo de ser que conozco que puede hacer cosas, quienquiera que haya hecho esto debe de ser así pero mucho más grande, y mucho más poderoso, y necesariamente invisible, y uno de nosotros, y como yo suelo ser el fuerte que hace el trabajo pesado, probablemente sea un macho”. Y así hemos llegado a la idea de un dios. Entonces, como cuando nosotros hacemos cosas lo hacemos con la intención de hacer algo con ellas, el hombre primitivo se pregunta, “si él lo hizo, ¿Para qué fue?” Y ahora el verdadero truco aparece, porque nuestro hombre primitivo está pensando, “este mundo me acomoda de maravilla. Aquí encuentro todas estas cosas que me sirven y alimentan y protegen. ¡Sí, este mundo me acomoda muy bien!” y llega a la conclusión inevitable de que cualquiera que lo haya hecho, lo hizo para él.
Eso es como si imaginamos
un renacuajo levantándose en la mañana y pensando “este mundo en el que me
encuentro es interesante –un hoyo lodoso interesante en el que me encuentro- me
acomoda muy bien ¿Acaso no? De hecho me acomoda estupendamente bien ¡Debe de
haber sido hecho para tenerme dentro!” Esta es una idea tan arraigada que
mientras el sol se levanta en el cielo y el aire se calienta y, gradualmente,
el charco se hace más pequeño y pequeño, él se aferra aun a la idea de que todo
va a salir bien, porque este mundo fue construido para tenerlo dentro; así que
el momento en el que desaparece el charco lo atrapa por sorpresa. Yo pienso que
esto puede ser algo de lo que debemos cuidarnos. Todos sabemos que en algún
punto en el futuro el universo va a llegar a su fin y que en algún otro punto,
mucho más cercano que aquel otro, pero de todas maneras no inmediatamente, el
sol va a estallar. Sentimos que hay un montón de tiempo como para preocuparnos
por ello, pero por otro lado, esa es una cosa muy peligrosa de decir. Miremos
lo que se supone que pasará el primero de enero del 2000 [Nota del traductor: el reloj interno de las computadoras anteriores al año 2000 solo estaba
programado para llegar al año 1999] ¡no pretendamos que no sabíamos que el siglo iba a
llegar a si fin! Creo que debemos de buscar quienes somos en una larga perspectiva y de que queremos hacer aquí si queremos sobrevivir por un largo
tiempo.
Hay algunas rarezas en la
perspectiva a través de la cual vemos este mundo. El hecho de que vivamos en el
fondo de una cavidad gravitacional, en la superficie de un planeta cubierto de
gas, que gira alrededor de una bola de fuego nuclear a 90 millones de millas de
distancia y pensemos que esto es absolutamente normal es un indicador de cuan
pequeña nuestra perspectiva tiende a ser. Pero hemos hecho varias cosas durante
nuestra historia intelectual para corregir lentamente algunos de nuestros
errores. Curiosamente, varias de estas han provenido de la arena, así que
hablemos acerca de las Cuatro Eras de la Arena.
De la arena hacemos el
vidrio, del vidrio hacemos lentes y de los lentes hacemos telescopios. Cuando
los primeros grandes astrónomos, Copérnico, Galileo y otros, apuntaron sus telescopios
hacia los cielos descubrieron que el universo era un lugar increíblemente
grande, mucho más de lo que esperábamos, y que, lejos de que la tierra fuera la
mayor parte del universo, solo somos unos pequeñitos puntos de luz en él. Al
final, resulto que –y esto tomó mucho, mucho tiempo para ser descubierto- que la tierra solo es una pequeña mota
girando alrededor de una pequeña bola de fuego nuclear; la cual es una de las
millones y millones y millones que componen esta galaxia en particular; y
nuestra galaxia es solo una de las millones de millones que componen el
Universo; y entonces también nos enfrentamos a la posibilidad de que haya miles
de millones de Universos. Eso corrigió un poco nuestra perspectiva inicial de
que el universo era nuestro.
Personalmente amo esa
noción y, tal como estaba discutiendo con alguien el día de hoy, hay un libro
que disfruté recientemente de David Deutsch, quien es un defensor de la perspectiva
de los universos múltiples, llamado “The Fabric of Reality”, en el que explora
la idea del multi-universo desde una perspectiva quántica. Está idea proviene
de la famosa dicotomía onda-partícula sobre el comportamiento de la luz –que no
puedes medirla como una onda cuando se comporta como onda, o como una partícula
cuando lo hace como partícula-. ¿Cómo es posible esto? David Deutsch señala que
si imaginamos que nuestro universo es simplemente una capa y que hay infinitos
universos uno a lado del otro, no solo se soluciona el problema, sino que
desaparece. Así es exactamente como uno esperaría que se comportara la luz bajo
esas circunstancias. La mecánica cuántica tiene razones para ser estudiada bajo
la noción de que el universo se comporta como si hubiera una multiplicidad de
universos, pero aun así es reacia nuestra credulidad de que ello pueda de hecho
ser así.
Esto nos lleva, de nuevo,
directo a Galileo y el Vaticano. De hecho, lo que el Vaticano le pidió a
Galileo que dijera fue: “no estamos en contra de tus escritos, solo en contra
de la explicación que pusiste en ellos. No hay ningún problema si dices que los
planetas se comportan ‘cómo si’ giraran y que somos ‘como’ uno de aquellos planetas
que se comportan ‘cómo si’ girarán alrededor del sol; no hay problema en
decirlo ‘cómo si’ estuviera sucediendo, pero no tienes permitido decir que eso
es lo que está sucediendo, porque nosotros tenemos un monopolio total sobre La
Verdad Universal y además va en contra de nuestra credulidad personal”. De
igual manera, creo que la idea de que haya múltiples universos va en contra de
nuestra credulidad actual, pero puede que resulte ser solo una más de las cosas
con las que tendremos que aprender a vivir, tal como hemos aprendido a vivir con
un montón más en el pasado.
La otra cosa que se
concluye de esa visión del universo es que este resulta estar compuesto casi
enteramente, y esto resulta algo preocupante, de nada. Hacia donde mires no hay más que nada con alguna pequeña, pequeña mota de roca o luz. Sin embargo, viendo la
manera en que estas pequeñas motas se comportan en esta la vasta nada empezamos a inducir ciertos principios, ciertas leyes, como la de la gravedad y
otras. Así que esa es, si concuerdan, la vista macroscópica del universo, que
descubrimos gracias a la Primera Era de la Arena.
La siguiente era de la
arena fue la macroscópica. Le pusimos lentes de vidrio a los microscopios y
empezamos a contemplar la vista microscópica del universo. Entonces empezamos a
entender, casi preocupadamente, que mientras descendemos hacia el nivel
subatómico, el mundo solido en el que vivimos también consiste casi enteramente
de nada, y que cualquier cosa que de hecho encontremos allí resulta no ser
algo, sino solamente la probabilidad de que algo esté allí.
De alguna manera u otra, este es un universo profundamente confuso. Hacia donde veamos está
empezando a ser extremadamente alarmante y extremadamente molesto para nuestro
sentido de quienes somos. Grandes, importantes personas físicas viviendo en un
universo que existe casi enteramente para nosotros, ese simplemente no es el
caso. En este punto aun estamos sumergiéndonos en un montón de temas
fundamentales, reconociendo la manera en que funciona la gravedad, la manera en
que funcionan la fuerza nuclear fuerte y la débil, reconociendo la naturaleza
de la materia, de las partículas, entre otras cosas. Pero aun conociendo esos
fundamentos, aun no somos muy buenos en entender la manera en que funcionan,
porque las matemáticas son más bien algo engañosas. Así que tendemos a crearnos
una idea de que [el universo] funciona como si se tratase de un reloj. Porque
eso es lo mejor que nuestras matemáticas pueden hacer. No deseo bajo ninguna
circunstancia desprestigiar a Newton, porque creo que fue la primera persona
que vio que hay principios en funcionamiento que son diferentes de todo lo que de
hecho vemos a nuestro alrededor. Su primera ley del movimiento –que todo cuerpo
permanecerá en su posición de reposo o movimiento a menos de que otra fuerza actúe
sobre él- es algo que ninguno de nosotros, viviendo en una concavidad
gravitatoria, cubiertos de gas, ha visto nunca, porque todo lo que movemos se
detiene. Solo fue gracias a una muy, muy cuidadosa observación y al estudio, y
medición y escrutinio de los principios que se ocultan detrás de lo que podemos
ver que sucede, que a él se le ocurrieron los principios que nosotros todos sabemos
y reconocemos como las leyes del movimiento. No obstante, esta postura es, bajo
todos los términos modernos, aun una visión de aparato de reloj del universo. Cómo
he dicho, no deseo que eso suene desprestigiante en ningún sentido, porque sus
logros, como todos sabemos, fueron absolutamente monumentales, pero aun siguen sin tener sentido para nosotros.
Ahora hay una gran
cantidad de entes de los que somos consientes, que son parecidos a partículas,
fuerzas, sillas, mesas, rocas y demás, y que son casi invisibles para la
ciencia, invisibles porque la ciencia tiene muy poco que decirnos acerca de
ellos. Estoy hablando de perros, gatos, y vacas y tu y yo. Nosotras, las
criaturas vivas, estamos, hasta el momento, más allá del alcance de todo lo que la ciencia puede decir. Casi sin siquiera
reconocernos a nosotras mismas como entes sobre los que la ciencia puede decir
algo al respecto.
Puedo imaginarme a Newton
sentado y trabajando en sus leyes del movimiento y descubriendo la manera en
que el universo funciona y, junto a él, un gato dando vueltas a su alrededor.
La razón de que no tengamos idea de como funcionan los gatos es porque, desde
Newton, hemos procedido siguiendo el principio muy simple de que esencialmente,
para ver como funcionan las cosas, necesitamos desarmarlas. Si intentas desarmar un gato para ver como
funciona, lo primero que tienes en las manos es un gato que no funciona. La
vida es un nivel de complejidad que casi cae fuera de nuestra visión; esta tan
alejada de todo lo que tenemos esperanzas de entender que simplemente pensamos
en ella como una clase diferente de objeto, una clase diferente de materia. “La
vida, algo que posee una misteriosa esencia, fue dada por dios”. Y esa era la
única explicación que teníamos.
Su bombardeo [de esta idea] empezó en 1859 cuando Darwin publicó “Sobre el Origen de las Especies”. Tomó un largo tiempo antes de que finalmente firmáramos la paz con esta [idea] y la empezáramos a entender, esto se debió, no solamente a que esta explicación nos parece increíble y completamente desagradable, sino a que es otro ataque directo a nuestro sistema el descubrir que no solo no somos el centro del universo, y que estamos hechos de nada, sino que empezamos como una especie de babosa y llegamos a ser quien somos primero siendo monos. Simplemente no suena bien. Pero además, no tuvimos oportunidad de ver como sucedió esto. En este sentido Darwin fue como Newton, en que fue la primera persona en ver principios subyacentes que en verdad no eran obvios en absoluto, desde la perspectiva del mundo en que vivimos a diario. Tuvimos que pensar mucho para entender la naturaleza de lo que ocurría a nuestro alrededor, y no teníamos ejemplos claros de la vida cotidiana para concluir la evolución. Aun hoy este hecho ocasiona pequeños problemas de confusión si intentas persuadir a alguien que no cree en esto de la evolución y deseas mostrarle un ejemplo, porque son difíciles de encontrar en términos de la observación de nuestro día a día. De esta manera llegamos a la Tercera Edad de la Arena.
Su bombardeo [de esta idea] empezó en 1859 cuando Darwin publicó “Sobre el Origen de las Especies”. Tomó un largo tiempo antes de que finalmente firmáramos la paz con esta [idea] y la empezáramos a entender, esto se debió, no solamente a que esta explicación nos parece increíble y completamente desagradable, sino a que es otro ataque directo a nuestro sistema el descubrir que no solo no somos el centro del universo, y que estamos hechos de nada, sino que empezamos como una especie de babosa y llegamos a ser quien somos primero siendo monos. Simplemente no suena bien. Pero además, no tuvimos oportunidad de ver como sucedió esto. En este sentido Darwin fue como Newton, en que fue la primera persona en ver principios subyacentes que en verdad no eran obvios en absoluto, desde la perspectiva del mundo en que vivimos a diario. Tuvimos que pensar mucho para entender la naturaleza de lo que ocurría a nuestro alrededor, y no teníamos ejemplos claros de la vida cotidiana para concluir la evolución. Aun hoy este hecho ocasiona pequeños problemas de confusión si intentas persuadir a alguien que no cree en esto de la evolución y deseas mostrarle un ejemplo, porque son difíciles de encontrar en términos de la observación de nuestro día a día. De esta manera llegamos a la Tercera Edad de la Arena.
En esta tercera edad descubrimos algo más que podemos sacar de la arena: silicio. Hicimos el chip del silicio y, de repente, lo que se abrió ante nuestros ojos fue un universo, no de partículas fundamentales, ni de fuerzas fundamentales, sino de las cosas que faltaban en la imagen que nos decía como funciona. Lo que el chip de silicio nos revelo fue el proceso. El chip de silicio nos permite hacer matemáticas de maneras tremendamente veloces, modelar los procesos muy, muy sencillos que son análogos a la vida en términos de su simplicidad: iteración, bucles, ramificaciones, el círculo vicioso que vive en el centro de todo lo que uno hace en una computadora y todo lo que sucede en la evolución; esto es, que el fin de una generación se convierte en el principio de la siguiente. De repente tenemos un modelo que funciona, no desde el principio, porque las primeras computadoras eran tremendamente lentas y torpes, pero gradualmente generamos un modelo funcional de esta cosa que previamente solo podíamos adivinar o deducir – y uno tenía que ser una persona muy perspicaz y de un pensamiento muy claro incluso para intuir que sucedía, porque estaba lejos de ser obvio y hasta contra-intuitivo, particularmente para una especie tan orgullosa como la nuestra-.
La computadora da origen
a una tercera edad de la perspectiva, porque de repente nos permite ver como
funciona la vida. Ese es un punto extraordinario porque se vuelve auto-evidente
que la vida, y todas las formas de complejidad, no fluyen hacia abajo, sino que
fluyen hacia arriba; y aquí hay una gramática entera a la que cualquiera que
trabaja con computadoras esta acostumbrado. Lo que quiere decir que la
evolución no es una cosa particular, porque cualquiera que haya examinado como
funciona un programa de computadora, sabe que simples, simples piezas
iterativas de código, del cual cada línea es tremendamente directa, dan origen
a fenómenos increíblemente complejos en una computadora; y por fenómenos
increíblemente complejos me refiero a programas
tan complejos como Tierra o Creatures.
Puedo recordar la primera
vez que leí un manual de programación, hace ya muchos, muchos años. En 1983 fue
cuando por primera vez empecé a encontrarme con computadoras y quería conocer
un poco más sobre ellas, así que decidí aprender un poco acerca de la
programación. Compré un manual de C y leí los primeros dos o tres capítulos,
que me tomaron alrededor de una semana. Al final decía: “¡Felicidades, usted a
escrito la letra A en la pantalla!”. Yo pensé: “Bueno, debe de haber algo que
no esté entendiendo aquí, porque se requiere un increíble esfuerzo para hacer
eso. ¿Qué pasa si ahora quiero escribir una B?” El proceso de programación, la
velocidad y los modos en los que la gran simplicidad da origen a enormes y
complejos resultados, no era parte de mi gramática mental en aquel momento.
Ahora ya lo es; y es ahora una parte creciente de todas nuestras gramáticas
mentales, porque nos hemos acostumbrado a la manera en que funcionan las
computadoras.
Así, repentinamente, la
evolución deja de presentarse como un problema real con el cual lidiar. Ahora
se nos presenta como a algo así, imaginen, si gustan, el siguiente escenario:
Un martes, una persona es vista en las calles de Londres cometiendo un crimen.
Dos detectives lo investigan, tratando de averiguar que pasó. Uno de ellos es
un detective del siglo XX y el otro, gracias a las maravillas de la ciencia
ficción, es del siglo XIX. El problema es el siguiente: la persona que fue
claramente vista e identificada en las calles de Londres el martes fue vista por
alguien más en una calle de Santa Fe el mismo martes ¿Cómo puede ser eso
posible? Al detective del siglo XIX solo se le puede ocurrir que fue debido a
alguna clase de intervención mágica. Mientras el detective del siglo XX tal vez
no podría decirnos “El tomo el vuelo BA y luego este vuelo de United”, él podría
no ser capaz de descubrir exactamente de que manera lo hizo, o por cual ruta
voló, pero estos no serían problemas serios. No le molestan, solo afirmaría:
“él llegó allí en avión. No se cual avión tomó, y puede ser un poco difícil
averiguarlo, pero, esencialmente, no hay ningún misterio”. Estamos
acostumbrados a la idea de viajar en jets. No sabemos si el criminal viajó en
BA, o UA270, o el que sea, pero sabemos vagamente cómo lo hizo. Sospecho que mientras
nos habituamos cada vez más y más a las tareas que realiza una computadora y la
manera en que la computadora modela
procesos de enorme simplicidad dando origen a resultados enormemente complejos,
entonces la idea de que la vida es un fenómeno emergente será cada vez más y más
fácil de digerir. Tal vez no sepamos con precisión cuales fueron los pasos que
la vida dio en sus primeras etapas en este planeta, pero, en esencia, no hay ningún
misterio.
Así llegamos a este punto
–y aunque las primeras ondas de este punto llegaron en 1859, realmente fue la
llegada de la computadora la que nos lo demostró indiscutiblemente- este es:
“¿Existe en verdad un universo que no esté diseñado de “arriba hacia abajo”
sino “de abajo hacia arriba”? ¿Puede la complejidad emerger de los niveles más
bajos de simplicidad? Siempre me ha resultado extraño que la idea de un dios
como el creador sea considerada una explicación suficiente de la complejidad
que observamos a nuestro alrededor, porque esto simplemente no nos explica de
donde provino [la complejidad]. Si imaginamos un diseñador, eso implica un
diseño y, por lo tanto, cada cosa que se diseñe o cause que sea diseñada será
de un nivel más simple que él o ella, y entonces uno debe de preguntarse “¿Cuál
es el nivel superior al diseñador?” Hay un modelo peculiar del universo que
tiene tortugas todo el camino hacia abajo, pero aquí tenemos dioses todo el
camino hacia arriba. En realidad esta no es una respuesta muy buena. Pero una
solución “de abajo hacia arriba” que descansa en la tautología increíblemente
poderosa de que todo lo que ocurre, ocurre, claramente nos probé de una
respuesta muy simple y poderosa que no necesita mayor explicación.
Pero he aquí la cosa
interesante que dije que quería preguntarles “¿Acaso hay un dios artificial?” y
aquí es donde quiero abordar la pregunta de porque la idea de un dios es tan
persuasiva. Ya he explicado de donde siento que esta clase de ilusión se
originó en primer lugar; viene de un error en nuestra perspectiva, porque no
estamos tomando en cuenta que no somos seres evolucionados, seres que han
evolucionado en un lugar particular, dentro de un ambiente particular, con un
juego de habilidades particulares y formas de entender el mundo que nos han
permitido sobrevivir y multiplicarnos exitosamente. Pero parece haber una idea
aun más poderosa que esta última, y esa es la que quiero proponer: que el
espacio en la sima de la pirámide que anteriormente dijimos que era de donde
todo fluía puede no estar vacío solo porque hemos dicho con anterioridad que
nada fluye hacia allá.
Déjenme explicar de la siguiente manera a que me
refiero. Hemos creado muchas cosas en el mundo en que habitamos;
hemos cambiado nuestro mundo en maneras muy distintas. Eso es muy, muy
evidente. Hemos construido el cuarto en el que nos encontramos y hemos construido
un montón de cosas complicadas, como las computadoras y así. Pero también hemos
construido un montón de entidades ficticias que son tremendamente poderosas.
¿Acaso decimos “eso es una mala idea; es estúpida, debemos simplemente
desecharla”? Bueno, he aquí otra entidad ficticia: el dinero. El dinero es una
entidad completamente ficticia, pero es muy poderosa en nuestro mundo. Cada uno
de nosotros tiene billeteras, en las cuales escribimos notas, pero ¿Qué pueden
hacer esas notas? No puedes hacer que nazcan unas de otras, no puedes hacer
comida con ellas, no puedes vivir en ellas, no hay absolutamente nada útil que
puedas hacer con ellas, aparte de intercambiarlas entre nosotros. Y mientras
las intercambiamos entre nosotros ocurren un montón de cosas poderosas, porque
son una ficción en la que todos participamos. No pensamos que esto este bien o
mal, que sea bueno o malo; pero el punto es que si el dinero desapareciera toda
la estructura de cooperación que tenemos se desplomaría. Sin embargo, si todos
nosotros dejáramos de existir, el dinero dejaría de existir también. El dinero
carece de significado fuera de nosotros, es algo que hemos inventado que tiene
un increíblemente poderos efecto sobre el mundo, porque es algo en lo que todos
participamos.
Quisiera que alguien
escribiera una historia sobre la evolución de la religión, porque la manera en
que se ha desarrollado me parece que demuestra un montón de estrategias
evolutivas. Piensen en las carreras armamentistas que se desarrollan entre uno
o dos animales que viven en el mismo ambiente. Por ejemplo, la carrera entre el
manatí del Amazonas y un tipo particular de caña de la cual se alimenta.
Mientras más caña come el manatí, más sílice desarrollará la caña para atacar
los dientes del manatí, y mientras más sílice tenga la caña, más grandes y
fuertes serán los dientes del manatí. Una parte hace una cosa y la otra la
contrataca. Como todos sabemos, a lo largo de la evolución y la historia las
carreras armamentistas son una de las cosas que guían de manera más poderosa la
evolución, y en el mundo de las ideas uno puede observar que pasan cosas
similares.
Hoy, la invención del método científico es,
seguro que estamos todos de acuerdo, la idea intelectual más poderosa. El
sistema más poderoso para pensar, investigar, comprender y desafiar al mundo
que nos rodea, y descansa sobre la premisa de que cualquier idea existe para
que la ataquen. Si resiste el ataque, entonces vive lo suficiente para luchar
durante otro día, y si no resiste el ataque, entonces pasa a la historia. La
religión no parece funcionar de esa manera. Tiene ciertas ideas en su núcleo
que llamamos sagradas, o divinas, o como sea. Lo que significa esto: "Ésta
es una idea o noción sobre la que no se te permite decir nada malo; simplemente
no puedes. ¿Por qué no? ¡Porque no!". Si alguien vota por un partido que
no te agrada, eres libre de discutir sobre ello todo lo que quieras; todo el
mundo tendrá un argumento pero nadie se sentirá atacado por ello. Si alguien
piensa que los impuestos deben subir o bajar, eres libre de tener una opinión
sobre ello. Sin embargo, si, por el contrario, alguien dice: "No debo
tocar ningún interruptor luz los sábados", entonces dices:
"Respeto eso".
Lo raro es que, al mismo tiempo que estoy
diciendo esto, estoy pensando: "¿Habrá algún judío ortodoxo aquí que se
haya ofendido por el hecho de que haya dicho esto?". Pero no he pensado:
"Quizá haya alguien de izquierdas o alguien de derechas o alguien que
suscriba esta opinión o la otra en economía", cuando estaba diciendo lo
anterior. Simplemente pienso: "Bien, tenemos distintas opiniones". Pero
en el momento que digo algo que tiene que ver con las creencias (voy a jugarme
el cuello y decir irracionales) de alguien, entonces todos nos volvemos
terriblemente protectores y defensivos, y decimos: "No, no atacamos eso. Es
una creencia irracional, pero aun así, la respetamos".
Es como, pensando de nueva cuenta en términos
de la evolución animal, un animal que ha desarrollado un increíble caparazón a
su alrededor, como una tortuga. Esa es una gran estrategia de supervivencia
porque nada lo puede penetrar; o tal vez sea como un pez venenoso al que nadie
se le acerca, y que en consecuencia nada alejando todos los peligros contra su
persona. En el caso de una idea, si pensamos: “Esta es una idea que está
protegida por la santidad o la divinidad” ¿Qué queremos decir? ¿Por qué debe
ser perfectamente legítimo apoyar al partido Laborista o al partido
Conservador, a los Republicanos o a los Demócratas, este modelo de economía o
aquél, Macintosh o Windows, pero tener una opinión sobre cómo comenzó el
Universo, sobre quién creó el Universo, no, eso es sagrado? ¿Qué significa eso?
¿Por qué evitamos discutir esa idea por ninguna otra razón que porque a eso nos
hemos acostumbrado? No existe ninguna otra razón, es una de esas cosas que
hemos arrastrado hasta la costumbre, y una vez que se inicia ese ciclo se va
haciendo muy, muy poderosa. Estamos acostumbrados a no desafiar las ideas
religiosas, ¡Pero es muy interesante ver cuánto furor despierta Richard [Dawkins]
cuando él lo hace! Todo el mundo se pone desquiciado porque no está permitido
decir esas cosas. ¡Pero cuando lo juzgas racionalmente, no hay razón por la que
esas ideas no deban ser tan abiertas a debate como cualquier otra ¡Excepto que
hemos acordado, de alguna manera, que no deben serlo!
Hay un libro muy interesante –no se si hay
alguien aquí que lo haya leído- llamado “Mano on Earth” de un antropólogo de
Cambridge llamado John Reader, en el que describe la manera en que… me
retrasaré un poco en este punto y les contaré acerca de todo el libro. Es una
serie de estudios de culturas diferentes de todo el mundo que se ha
desarrollado bajo circunstancias de aislamiento, ya sea en montañas, o valles,
o lo que sea, así que es posible tratarlas, hasta cierto punto, como tubos de ensayo.
De esta manera, uno puede observar exactamente el grado en el que las
circunstancias del ambiente han afectado la manera en que las distintas
culturas han surgido. Es una serie fascinante de estudios. La que tengo en la
mente en este momento es la que describe la cultura y economía de Bali, que es
una pequeña isla densamente poblada que sobrevive del arroz. Ahora, el arroz es
una fuente increíblemente eficiente de comida y uno puede crecer grandes
cantidades de él en espacios relativamente pequeños, sin embargo, esta es una
labor enormemente intensa y requiere mucha cooperación entre las personas, particularmente
cuando tienes una enorme población en una pequeña isla que necesita cosechar su
comida.
Las personas que estudian la manera en que la agricultura funciona en Bali se encuentran intrigadas porque esta lo hace de una manera intensamente religiosa. La sociedad de Bali es de tal clase que la religión impregna cada pequeño aspecto de ella, y cualquier persona en la cultura es muy, muy cuidadosamente definida en términos de quien es, cual es su lugar en la sociedad y que papel desempeña en su vida. Todo esto es establecido por la iglesia. Tienen un particular juego de calendarios y un muy particular juego de costumbres y rituales, que están detalladamente definidos y, aunque parezca raro, son excelentes en ser muy, muy productivos en el cultivo del arroz. En los setentas, los investigadores llegaron y se dieron cuenta de que el cultivo del arroz estaba determinado por el calendario del templo. Esto parecía no tener sentido alguno, así que dijeron: “Desháganse de esto. Nosotros podemos ayudarlos a hacer su cosecha del arroz incluso mucho, mucho más productiva que la suya, exitosa y a tiempo. Usen estos pesticidas, este calendario, hagan esto y hagan aquello”. Así, ellos empezaron y durante dos o tres años la producción de arroz aumentó enormemente, pero toda la cadena de presa/cazador/insecticida se salió completamente de balance. Muy, muy poco tiempo después la cosecha de arroz calló de nuevo y los Balineses dijeron: “¡Al diablo!, regresaremos al calendario del templo”. Y así reinstalaron lo que tenían antes y de nuevo todo funcionó perfectamente.
Las personas que estudian la manera en que la agricultura funciona en Bali se encuentran intrigadas porque esta lo hace de una manera intensamente religiosa. La sociedad de Bali es de tal clase que la religión impregna cada pequeño aspecto de ella, y cualquier persona en la cultura es muy, muy cuidadosamente definida en términos de quien es, cual es su lugar en la sociedad y que papel desempeña en su vida. Todo esto es establecido por la iglesia. Tienen un particular juego de calendarios y un muy particular juego de costumbres y rituales, que están detalladamente definidos y, aunque parezca raro, son excelentes en ser muy, muy productivos en el cultivo del arroz. En los setentas, los investigadores llegaron y se dieron cuenta de que el cultivo del arroz estaba determinado por el calendario del templo. Esto parecía no tener sentido alguno, así que dijeron: “Desháganse de esto. Nosotros podemos ayudarlos a hacer su cosecha del arroz incluso mucho, mucho más productiva que la suya, exitosa y a tiempo. Usen estos pesticidas, este calendario, hagan esto y hagan aquello”. Así, ellos empezaron y durante dos o tres años la producción de arroz aumentó enormemente, pero toda la cadena de presa/cazador/insecticida se salió completamente de balance. Muy, muy poco tiempo después la cosecha de arroz calló de nuevo y los Balineses dijeron: “¡Al diablo!, regresaremos al calendario del templo”. Y así reinstalaron lo que tenían antes y de nuevo todo funcionó perfectamente.
Es completamente correcto decir que basar todo el sistema de cultivo del
arroz en algo tan irracional y sin sentido como una religión es estúpido.
Deberían ser capaces de desarrollarlo de alguna manera más lógica que aquella,
pero ellos podrían respondernos: “Su cultura y sociedad funcionan bajo la
premisa del dinero, y esa es una ficción. Así que desásganse de él y solo
cooperen el uno con el otro. ¡Pero nosotros sabemos que eso no funcionaría!
Así, existe cierto proceso por el cual construimos meta-estructuras sobre
nosotros mismos para llenar el espacio que anteriormente había habitado un ente
que supuestamente era un diseñador intencional, el creador (aun aunque no hay
ninguno). Y el hecho de que nosotros –no me refiero necesariamente a nosotros
en este cuarto, sino a nosotros como especie- diseñamos y creamos algo y luego
nos comportamos como si ese algo existiera, hace que empiecen a ocurrir un
montón de cosas que de otra manera no ocurrirían.
Déjenme tratar de explicar esto a lo que me refiero de una manera distinta.
Esta es muy especulativa, en verdad me pararé aquí junto al precipicio, porque
es algo de lo que no sé nada, así que piensen en esto mejor como un experimento
mental que como una explicación verdadera de un suceso. Quiero hablar del Feng
Shui, que es algo de lo que sé muy poco, pero recientemente se ha hablado mucho
de él para saber como un edificio debe de ser diseñado, construido,
acondicionado, decorado y cosas por el estilo. Aparentemente, tenemos que pensar
como si la construcción estuviera siendo habitada por un dragón que se mueve
por ella. Así que si el dragón no estaría contento en la casa, te falta poner
un pez rojo aquí, una vasija allá, y una ventada acullá. Esto suena como algo
completa y absolutamente carente de sentido, porque cualquier cosa que
involucre dragones debe de carecer de sentido. No hay dragones, así que una
teoría basada en como los dragones se comportan no tiene sentido alguno. ¿Qué
hace toda esta gente loca imaginándose dragones que nos pueden indicar como construir
nuestra casa?
Aun así se me ocurre que, si hacemos a un lado la teoría que es de hecho
proporcionada para apoyarlo, podemos encontrar algo interesante que sucede,
algo como esto: De las construcciones en que hemos vivido, trabajado,
hospedado, todos sabemos que algunas son más cómodas que otras. No hemos tenido
ninguna manera real de cuantificar esto, pero en este siglo hemos tenido un
montón de arquitectos que piensan que sí saben como hacerlo. De esta manera, hemos
desarrollado la terrible idea de una casa como una máquina para vivir. Hemos
tenido a Miles van der Roe y otros poniendo ventanales de vidrio y cosas
moldeadas de formas extrañas que supuestamente componen alguna teoría u orden.
Todas son cuidadosamente diseñadas, sin embargo, sus construcciones no son muy
cómodas para vivir.
Se han hecho un montón de teoría sobre el asunto, pero si se sientan a
trabajar con un arquitecto (y yo he pasado de esta manera tiempos muy
estresantes, como estoy seguro que también muchos otros), entonces se
encontrarán tratando de entender como un cuarto debe de funcionar. Estarán
tratando de integrar un montón de cosas como la iluminación, los ángulos, sobre
el movimiento de las personas y la manera en que viven (y una enorme cantidad
de cosas de las que no saben nada y que dejan fuera). No saben cual es la
importancia de unir una cosa con la otra; intentan, de la manera más consiente,
entender algo cuando en realidad no posen muchas pistas. Aquí tenemos una
teoría y otra, este poco de práctica de ingeniería y este otro de práctica de
arquitectura; en verdad no saben que hacer a partir de ellas. Comparemos esto
con alguien que te avienta una bola de criquet. Puedes sentarse a observar y
decir “está viajando a 17 grados”, empezar a trabajar sobre un papel, hacer
algo de cálculo, etc., y así, después de que ya pasó una semana desde que la
pelota pasó rozando junto a ti, por fin sabrás por donde pasará la pelota y
como atraparla. Por el otro lado, puedes simplemente levantar tu mano y dejar
que la bola caiga en ella, porque poseemos una enorme clase de facultades en
nuestro interior, justo debajo del nivel consiente, capaces de integran un gran
número de fenómenos complejos, de tal manera que nos permiten decir “Oh, mira,
hay una pelota viniendo ¡Hay que cacharla!”.
A lo que me refiero es que el Feng Shui, y una enorme cantidad de otras
cosas, son precisamente ese tipo de problema. Hay un montón de cosas que
sabemos como hacer, sin que necesariamente sepamos que hacemos, simplemente las
hacemos. Regresemos al tema en el que uno intenta comprender como un cuarto o
una casa deben de ser diseñados. En vez de pasar por toda la labor de medir los
ángulos e intentar seleccionar cuales principios de arquitectura quieres dejar
fuera de lo que podría ser un pequeño presupuesto, solo hay que preguntarnos a
nosotros mismos: “¿Cómo viviría un dragón aquí?” Estamos acostumbrados a pensar
en términos de criaturas orgánicas. Una criatura orgánica puede consistir de una
enorme diversidad de complejas variables que se encuentra más allá de nuestra
habilidad de entender, pero sabemos como viven las criaturas orgánicas.
Nosotros nunca hemos visto un dragón, pero tenemos una idea de como es un
dragón, así que podemos decir “Bueno, si un dragón pasara por aquí, se quedaría
atorado justo aquí y se rasparía al pasar por aquí porque no podría ver eso,
tendría una cola con la cual tiraría esa vasija” ¡Uno describió como un dragón
estaría feliz y helo aquí! Uno ha repentinamente diseñado un lugar que tiene
sentido para que otras criaturas orgánicas, como nosotros mismos, puedan vivir.
Así, mi argumento es que mientras nos hacemos más y más letrados en la
ciencia, vale la pena recordar que las ficciones con las que hemos
anteriormente poblado nuestro mundo pueden tener alguna función y que será
mejor que tratemos de entender y preservar sus componentes esenciales, en vez
de vaciar la tina con todo y bebé dentro. Porque aun cuando podamos no aceptar
las razones dadas para que estas existan en primer lugar, puede ser que haya
razones verdaderamente prácticas para que ellas, o algo parecido, estén allí.
Sospecho que mientras más nos aventuremos en el campo de la vida digital o
artificial empezaremos a encontrar más y más propiedades inesperadas emergiendo
de lo que observemos, y que estas serán paralelas a los entes que creamos
alrededor de nosotros para informarnos y dar forma a nuestras vidas y que nos
permiten trabajar y vivir unos con otros. Así, diré que, si bien no existe
ningún dios de verdad, si existe un dios artificial y probablemente valga la
pena tener eso en la cabeza ¡Ese es el punto de mi debate y ahora son libres de
empezar a aventar sus sillas por toda la sala!
Pregunta - ¿Cuál es la cuarta era de la arena?
Permítanme retroceder por un minuto y hablarles sobre la manera en que las
personas nos comunicamos. Tradicionalmente, tenemos un montón de maneras
distintas en las que nos comunicamos unas con otras: 1) Una de ellas es “una a
una”, hablamos por un rato y tenemos una conversación. 2) otra es “una a muchas”,
la cual estoy haciendo en este preciso momento, o cualquiera que se parará y
cantara una canción, o que nos anunciara que acabamos de empezar una guerra. 3)
Luego tenemos la comunicación de “muchas a una”, de esta tenemos una versión
llena de parches, algo oxidada, y poco funcional que llamamos democracia. 4)
Pero en una manera mucho más primitiva, yo podría levantarme y decir “vamos a
la guerra” y alguien más me podría responder “No, eso no”, y entonces
tendríamos una conversación de “muchas a muchas” en la discusión que surgiría
justo después.
En este siglo, y en el pasado, hemos modelado la conversación “una a una”
gracias al teléfono, con el cual asumo que todos estamos familiarizados. Tenemos
la comunicación de “una a muchas” – ¡hombre! tenemos un montón de ese tipo de
comunicación: publicaciones, transmisiones, jornales, etc.- nos avientan
información de todos lados y esta no discrimina sobre en quien podría
aterrizar. Es curioso, pero no tenemos que ir muy lejos atrás en nuestra
historia para llegar a un punto en el que toda la información que nos llegaba
era relevante para nosotras y, por lo tanto, todo lo que sucedía, o en nuestra
casa, o en la villa de alado, dentro de la frontera de nuestro horizonte,
pasaba en nuestro mundo; y si reaccionábamos a ello, el mundo reaccionaba de
vuelta. Todo era relevante par nosotras, por ejemplo, si alguien tenía un
accidente terrible, podíamos acercarnos a ayudar. Ahora, gracias a la de
plétora de la comunicación “una a muchas” que tenemos, si un avión se estrella
en la India podríamos ponernos muy ansiosos al respecto, pero nuestra ansiedad
no tendría ningún impacto. No podemos distinguir muy bien entre una terrible
emergencia que sucedió a alguien a un mundo de distancia y alguna que le sucedió
a alguien en la esquina de nuestra casa. En verdad ya no podemos distinguir
entre ellas, razón por la cual nos sentimos terriblemente preocupadas por algo
que le pasó a alguien en una telenovela que se grabó en Hollywood, y tal vez
menos preocupadas cuando le sucede a nuestra hermana. Ahora nos hemos confundido
y desconectado, y no es de sorprender que no sintamos muy estresadas en el
mundo, porque el mundo nos impacta directamente pero nosotras no podemos
impactar en él. Luego esta la comunicación de “muchas a una”, tenemos eso, pero
no en muy buen estado aun y no hay mucho de ella de lo que pueda decir.
Esencialmente, nuestros sistemas democráticos son un modelo de ello y aunque no
son muy buenos, mejorarán dramáticamente.
Pero la cuarta, la de “muchas a muchas”, en realidad no teníamos nada así
antes de la llegada del Internet, el cual, por supuesto, corre a través de
fibras ópticas. Es la comunicación entre nosotras, las personas, que forma la
cuarta era de la arena. Piensen sobre lo que dije anteriormente sobre el mundo que
no reacciona cuando nosotras reaccionamos a él.
Recuerdo el primer momento, hace algunos años, cuando empecé a tomar
seriamente al Internet. Fue una cosa muy, muy tonta. Había un tipo, un
investigador de computación estudiante en Carnegie Mellon a quien le gustaba
tomar Dr Pepper Light. Había una máquina de refrescos a un par de tiendas de
él, a donde solía ir a comprar su Dr Pepper, pero la máquina solía estar fuera
de servicio, así que frecuentemente tenía viajes improductivos. Eventualmente
él descubrió: “espera un momento, en esa máquina hay un chip y yo estoy en una
computadora y hay una red inalámbrica envolviendo todo el edificio ¿Entonces
porque no simplemente conecto la máquina de refrescos a la red y así puedo
checarla desde mi terminal cuando a mi se me antoje y sabré si desperdiciaré mi
viaje a ella o no?” Así que él conectó la máquina a la red local, pero la red
local estaba conectada al internet, así que de repente cualquier persona en el
mundo podía ver lo que estaba sucediendo con esta máquina de refrescos. Ahora,
esa puede no ser información vital, pero resultó ser curiosamente fascinante.
Todas empezaron a conocer lo que estaba pasando con la máquina de refrescos.
Esto empezó a suceder porque el chip de la máquina no solo decía “El espacio
del Dr Pepper Light está vacío” sino que tenía un montón de información. Decía
“Hay 7 cocas y 3 cocas de dieta, la temperatura a la que están es ésta y la
última vez que se cargaron fue ésta”. Había un montón de información allí
dentro, y una pieza de información era en especial fabulosa: Resultaba que si
alguien metía 50 centavos y no apachurraba ningún botón, osea, si la máquina
estaba embarazada, entonces uno podía, desde su terminal de computadora, donde fuera
que estuviese en el mundo ¡Meterse a la máquina y dejar caer una lata! Alguien
podría estar caminando por el pasillo y de repente “¡Bang!” ¡Caía una lata de
Coca-Cola! ¿Qué había causado eso? Bueno, ¡Obviamente alguien a 5,000 millas de
distancia! Ahora, eso era algo muy, muy tonto, pero es una historia fascinante,
y lo que significo para mi es que esta fue la primera vez que nosotras podíamos
impactar en el mundo. Puede no ser de gran importancia que alguien a 5,000
millas de distancia pueda meterse en el corredor de una universidad y deje caer
una Coca-Cola, pero es el primer disparo en una guerra que nos traerá una nueva
manera de comunicarnos. Esa, me parece, es la Cuarta Era de la Arena.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Traducido de:
http://www.biota.org/people/douglasadams/index.html
elburdeldeldelirio.blogspot.mx/2010/10/hay-un-dios-artificial-is-there.html
http://www.youtube.com/watch?v=ogQRjpcqm0k